Había llegado la hora de encontrar el antioxidante perfecto.
En mi lucha por frenar el envejecimiento no podía solo conformarme con la metformina y la restricción calorica.
Ya había visto con mis propios ojos la capacidad de reacción de sólidos disueltos y oxígeno libre así que la acción de los antioxidantes y el fenómeno de los radicales libres era totalmente aceptado por mi.
Hago especialmente hincapié en este aspecto.
Para mi oír hablar de antioxidantes siempre antes me había parecido una tontería pero ahora tenía otro sentido.
Me lancé a la búsqueda del antioxidante perfecto. Yo no merecía menos y estaba seguro de poderlo encontrar.
Leí sobre rayaduras de limón que me pareció una tontería, honestamente. No puedes darle credibilidad a todo lo que hay en internet.
Leí sobre la vitamina C y E. Esto no estaba muy mal.
Naranjas, kiwis puedes encontrar todo el año. Era una buena opción.
Resveratrol fue como un gran descubrimiento! Prometedor!
Pero poco a poco se fue desvaneciendo cuando las cantidades para que fueran efectivo se convirtieron en cantidades industriales.
Beta carotenos….ídem de lo mismo.
No terminaba de encontrar algo que me convenciese hasta que apareció mi interés por el cáncer de mama.
A raíz del cáncer de mama de mi amiga estuve leyendo como debería alimentarse una paciente con el objeto de sanarse y en este punto hilando artículo y artículo llegue hasta unos estudios de pacientes que habían recibido quimio y cirugía que estaban recibiendo tratamiento con un antioxidante y los resultados obtenidos estaban siendo muy prometedores.
Se hablaba en los informes de que este antioxidante es naturalmente producido por el cuerpo pero con el avance de la edad se deja de producir, esto me gustaba bastante. Se acercaba a lo que iba buscando.
Mi interés vino a más cuando se buscó la razón de por qué ayudaba a las mujeres que habían padecido cáncer de mama y se encontró que este antioxidante activaba la enzima AMPK.
Ya con esto os podéis imaginar que el candidato estaba prácticamente en el saco.
Y así fue como un día después de recoger los fantásticos resultados de la analitica de sangre y orina que reflejaban que todos mis biomarcadores estaban mejor que nunca cuando me decidí empezar a tomarlos.
Había llegado el momento de probar uno de los antioxidantes naturales más potentes que el propio cuerpo los sintetizaba y lo único que íbamos a hacer sería ayudar un poco trayendo más del exterior.
De este antioxidante comenzaremos a dar detalles a partir de mañana.
Sale a escena:
LA COENZIMA Q10 y este es el que yo me compré por relación calidad precio:
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