Voy a usar esta famosa frase usada en economía para contar lo que me asaltó anoche mientras hacía mi carrera nocturna: el ritmo!

Siempre que salía a correr usaba la aplicación Runkeeper para tomar los registros y medir mi evolución.

A fuerza de intentar batir y superar o mejor dicho pulverizar marcas al final acabé aquejado de tendinitis en la cabeza de la tibia que me ha dejado 2 semana a sin ir a correr.

Pues de esto he sacado unas lecturas más que interesantes.

He entrenado en otras disciplinas, la rodilla no se ha quejado, no he subido de peso y esta semana he decidido implantar una rutina que no me fuerce mucho.

Estoy probando una nueva rutina de entrenamiento gracias a la leve lesión.

Me he planteado entrenar más días a la semana, tantos como 5!

Pero no ir los 5 días a correr sino alternar disciplinas.

La fuerte para mi rodilla será correr e intentaré ir a correr solo 2 días en semana de forma que el resto de los días podré ir a gimnasio o coger la bici.

Así he hecho esta semana y el resultado ha sido bueno.

En un principio al estar 2 semanas sin correr he perdido capacidad de resistencia, es decir, antes de la lesión y parar 2 semanas estaba haciendo 6 kilómetros diarios con una parada.

Ayer hice 4, por tanto lo considero un retroceso en ese aspecto.

Pero nunca había puesto atención al ritmo.

Correr a 5,45 minutos el kilómetro no me causaba ninguna sensación, pero ayer corrí menos distancia pero de forma más intensa.

Durante los 3 primeros kilómetros hice una media de 4,25 minutos por kilómetro, lo que me sitúa muy cerca de conseguir hacer 2 kilómetros en menos de 8 minutos!!

Esta marca es muy simbólica para mi pues es una marca que tenía que superar en mis tiempos mozos cuando practicaba atletismo.

De esta experiencia saque una cosa en claro:

Si estaba 2 semanas sin hacer abdominales perdería musculatura.

O 2 semanas sin correr me haría perder fondo.

Y 2 semanas sin hacer nada engordaba.