La terminal de contenedores de mi ciudad era el banco de pruebas de Maersk.
Si algo funcionaba aquí tenía que funcionar en cualquier otra terminal del mundo.
Entrar allí era como entrar en la NASA. Monitores por todos sitios midiendo la producción total a cada minuto, la producción de cada buque en movimientos a la hora. Todo perfectamente calculado y perfectamente auditado.
Los sistemas informáticos eran impresionantes. En el edificio de Marina que era donde yo estaba había una sala por cada planta solo para alojar los servidores.
Para hacerse una idea las telecomunicaciones tenían que ir a la velocidad de la luz ! Nada podía parar! En un momento de la operación lo mismo tenía que llamar por teléfono a Singapore que a Panamá.
Mi ordenador para empezar a trabajar tardaba la friolera de 22 minutos cronometrados en estar completamente operativo tras abrir todas y cada una de las aplicaciones con las que trabajábamos.
La descripción perfecta sería:
Un escritorio, con 2 ordenadores y 3 pantallas. En una tenía las 8 o 9 aplicaciones de uso diario y en las otras pantallas tenía un sistema CCTV para poder ver todas las grúas portainer desde cualquiera de las 4 cámaras que cada grúa tenia.
Un teléfono para llamar a cualquier parte del mundo, dos sistemas de radio, uno para hablar con los buques y otro para hablar con los estibadores y todo gobernado por 12 monitores formando un panel en una pared principal que mostraban diferentes gráficas de coste total de la terminal a medida que avanzaba la jornada con datos diarios, mensuales y anuales y flanqueado por más monitores que mostraban la producción.
Aquello era tecnología de última generación aplicada al transporte containerizado.
Vivía un momento dulce de mi carrera profesional.
Poco a poco pero en muy corto tiempo fui aprendiendo a manejar aquellos sistemas harto complejos.
Me pegué a los mejores. Siempre andaba preguntando dudas. Nunca pasaban las mismas cosas 2 veces, siempre había un cúmulo de circunstancias nuevo que hacía cada situación diferente y necesitabas solucionarla en un plis plas.
Aquello fue un reto que estaba dispuesto a superar. Me lo tomé como algo personal. Yo quería manejar aquello como el mejor.
A medida que iba aprendiendo iba asumiendo más responsabilidades y con más responsabilidades más estrés pero aquello era adictivo! Si lo hacías bien te marcabas unas producciones altas y eso era ganarse el favor de los estibadores y las envidias de la oficina, si lo hacías mal los estibadores te comían pues su jornal dependía de los contenedores que se moviera en cada jornada en el barco en que cada uno trabajase.
Para hacerte una idea tardé aproximadamente 1 año en poder llevar todo aquello más o menos yo solo porque siempre necesitabas consultar con los veteranos que eran el «know how» de la terminal.
Las 8 horas de jornada se pasaban rapidísimamente, casi ni te enterabas. Incluso muchas veces no podías ir ni siquiera al aseo por acumulación de trabajo! Ya de ir a desayunar mejor ni hablamos!
El trabajo era una pasada! Tenías que tomar decisiones en cuestión de segundos con objeto de que la operación nunca se parase. A veces te equivocabas, y allí estaban los estibadores para recordártelo….vaya un colectivo peculiar…
Toda esa tensión se traducía en estrés .
Durante los 7 años anteriores a mi entrada hubo 7 infartos, y durante mi estancia hubo otro que viví bastante de cerca de uno de mis superiores directos…un gran tipo sin duda.
Muchos días Salías tan presionado y con tanta tension que el paseíllo desde los muelles hasta la salida servía para descargar tensiones. Muchas fueron las veces que salí de allí con el corazón acelerado.
Otro temazo eran los turnos. 2 mañanas 2 tardes, 2 noches y 4 descansos era el turno oficial que yo ni olía. Estaba cubriendo cada vez que alguien faltaba en otro turno de forma que siempre iba saltando.
Los más viejos aprovecharon que ya empezaba yo a funcionar bien para quitarse las noches y esas noches iba yo. Y sí, era una putada pero daba igual. Había apostado por aquello. Me tocaba comerme 6 noches seguidas? Pues me las comía. Luego no descansaba bien en casa durmiendo por el dia.
Más adelante la cosa aún fue a peor. Desarrolle apnea en el sueño debido a la irregularidad de los turnos.
Hoy de mañana, mañana de noche, pasado 10 horas de tarde….pfffff aquello no había Dios que lo aguantará! pero yo iba a aguantar.
Tensión, estrés, falta de sueño, falta de descanso, turnos interminables, sin vacaciones… porque esa era otra! la multinacional Maersk contrataba a todo el mundo de nueva incorporacion a través de los hijos de puta de Randstad que cobraba a la terminal la friolera del 60% de lo que yo generase bruto , pero no el 60% de mi salario, no! Por cada 1000€ que yo ganase ellos recibian 600€ de la terminal! y se llevaban un pico porque yo ganaba bastante bien.
A cambio mi relación contractual no era con la multinacional sino con los vendedores de carne humana de Randstad.
De esa forma la empresa que cometía las tropelías laborales no era Maersk, la empresa que incumplía el convenio de forma sistemática no era la Maersk y la empresa que debería responder si alguien salía protestón no sería Maersk.
El tinglado estaba montado de puta madre! además seguramente alguien estaba poniendo el cazo y llevándose una partida de dinero calentito.
Para resumir podríamos decir que Randstad era un escudo legal y cobraba por ello.
No dirigía ningún trabajador
No daba instrucciones ni tenía responsables de sección. Todo pertenecía al grupo Maersk pero en caso de problema Randstad pondría la cara.
Luego los directivos de la multinacional salían en Youtube jactándose de que el principal valor para la compañía era el valor humano y te daban un librito al llegar que era como un código ético al que ceñirse… Vaya unos cínicos de mierda!
Era la simbiosis perfecta de hijos de puta.
Por un lado estaban los daneses que presumían de seres de luz, por otro estaban los españoles que hacían el trabajo sucio echando la mierda fuera del grupo, en este caso a Randstad y después estaban los vendedores de carne que cobraban por limpiar la escena del crimen. Del gobierno no vamos a hablar ya que ellos son los grandes culpables permitiendo que todo esto ocurriese a sabiendas de lo que perciben las ETTs. Son conscientes de que con el dinero que se embolsan por un trabajador estos meros intermediarios podrían estar trabajando dos personas…pero estas son otras historias.
Al final de la cadena trófica estaba el sicario.
En toda organización existe una persona que ansia llegar a donde llegan los que han trabajado duro, los que han estudiado, los que se han esforzado…. estos sicarios no han hecho nada pero absolutamente NADA mas allá de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado y son muy peligrosos porque para llegar están dispuestos a hacer cualquier cosa que se les mande.
Por supuesto no se les mandarán tareas fáciles. Los sicarios laborales se encargaran de llevar a cabo las tareas de eliminación y despiece de los cadáveres a cambio de poder en la organización.
Los sicarios llevarán a cabo las tareas de dudosa legalidad y se convertirán en los TONTOS ÚTILES de la organización.
En el mejor momento de mi carrera profesional salio a escena el peor de los tontos útiles apodado El Sheriff, sin estudios, sin escrúpulos y capaz de cualquier cosa a cambio de poder en la organización. Les presento al sicario JC.
Carrera de la rata
- Capt 1.- La carrera hacia el éxito.
- Capt 2.- Con decisión y coraje.
- Capt 3.- Remontar como un Ave Fénix.
- Capt 4.- Tan sólo es dinero.
- Capt 5.- La gran Promoción
- Capt 6.- La terminal.
- Capt 7.- Terrorismo industrial.
- Capt 8.- Terrorismo laboral.
- Capt 9.- El duelo necesario
- Capt 10.- La venganza se sirve fría
- Capt 11.- Una cabeza en bandeja de plata
- Capt 12.- El premio gordo
- Capt 13.- Le llamaban Welcome
- Capt 14.- Hasta el cerdo ejecutor tiene su San Martín
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